miércoles, octubre 04, 2006
*Y así fue como sucedió...MÁS O MENOS*

Caperucita era una buena muchacha, aunque su madre estaba muy mortificada porque la adolescente, a pesar de haber estudiado en un colegio de monjas, resultó que era más rebelde. Y cómo no, si ser roja era su caracteristica más conocida y de lo que más orgullosa se sentía.
Esa mañana la madre le pidió que llevara la cesta de la comida a la abuela. Caperucita accedió a regañadientes porque, por un lado, le parecia la vieja una hipocondriaca insoportable, y por otro, sin tan preocupada estaba su madre por qué no le llevaba ella la maldita cesta.
Tal vez fue por esa molestia porque es bien conocida la tendencia de caperucita de de tomar por el camino del pecado, pues hizo caso omiso de la recomendación de su madre de ir por el sendero más largo pero alejado del bosque, porque allí se ocultaba el lobo, o en otras palabras, el mismiso diablo encarnado (que coicidencialmente era, por diablo, igualmente rojo).
El corazon se le salía por la boca desde que entró en la espesura. Y es que hacía ya tiempo Caperucita estaba en edad de merecer y la represión familiar le había impedido mitigar el potente verano. De modo que secretemante esperaba que el lobo saliera de donde fuera que se estuviera ocultando el muy imbécil, seguramente planificando alguna emboscada o cualquiera otra zoquetada de guerrillero trasnochado, y de una vez la librara del desasosiego que le causaba su virginidad. Pero el lobo no acudió, suponía ella que se mantenía acechando sin decidirse a dar el primer paso. Por qué tendré tan mala suerte con los tipos, se decía. Siempre me topo con los mismos bolsas y continuaba batiendo la faldita provocadora con su tralalá a ver si el muy animal se olvidaba de las tonterias que hacía.
Dió varias vueltas por el bosque fingiendo estar perdida para darle tiempo pero ya entrada la tarde retomó el camino hacia la casa de la abuela. Allí se lo encontró, a un ladito del sendero poniendo una bomba para volar el puente, y ya no pudo contenerse. Mira, lobito, deja la mariquera y sígueme para decirte como atentar, que llevas toda la vida en esa paja y no has conseguido más que hacer reir a la historia. Y lo condujo hasta la ventana de la cabaña primorosa y hedionda a vieja. Señaló en dirección a la anciana. Ahí la tienes, le dijo, jártatela y contribuye de una vez por todas con la humanidad. Y así fue que el lobo engulló a la abuela. Luego lo conminó a que se pusiera el traje de la abuela. Con el pobre totalmente travestido, Caperucita inició el jueguito erótico que acabaría con su virtud. Le nombró cada una de sus partes y le preguntó por qué las tenía tan grandes, a lo que él debía responder que eran para verla, olerla, comerla mejor, y paremos de contar. Así fue como Caperucita perdió la virginidad y se obsesionó con el pobre lobo y su generosa anatomía.
Como a la madre le importaba muy poco la abuela nadie se percató de su ausencia y Caperucita aprovechó para llevarle la cesta de comida a la difunta y tener sexo salvaje sobre su cama. Con esto consiguió alejar al animal de sus convicciones ideologicas inútiles y entablar con él una relación.
Y hubieran permanecido allí, como marido y mujer, de no haber sido porque una de las ex`s del lobo los denunció. Las autoridades competentes los sorprendieron en pleno acto. Los detuvieron, pero como no encontraron a la abuela ni evidencia de un crimen, tuvieron que fabricarlo.
Caperucita logró salir de prisión gracias a un contacto de su madre. Con el tiempo la gente comprendió que le habían lavado el cerebro. El lobo continuó preso porque además en aquel municipio la zoofilia se penalizaba con cárcel. Cuando por fin salió, varios años depués, buscó a su amada. La encontró dando clases de Moral y Cívica en el colegio de monjas de donde se había graduado. La acechó, pero no se atrevió a acercarse. Él estaba bastante cansado y ya no comulgaba con sus antiguas actitudes, ella por su parte, se veía muy triste y ya no llevaba la caperuza roja que en otros tiempos la había hecho tan irresistible.
 
posted by a2gm at 2:16 p. m. | Permalink |


8 Comments:


  • At 11:42 a. m., Blogger Psique

    Excelente ese cuento de Luis Fenandez, veo que también te gusta.

    Yo cambié la forma de ver a ese hombre desde que comencé a leerlo.

    Este es el cuento más original que leído de la caperucita y que conste que hay muchos.

    Saludos!

     
  • At 9:58 a. m., Blogger Andre@

    Simplemente excelente!!!

     
  • At 2:59 p. m., Blogger Isa

    caperucita!!!! hay q ver caperucita debían de estar usando para que en los días calientes la niña no quedara embarazada. jaja, buena historia.

     
  • At 10:29 p. m., Blogger EduardoEquis

    AVE MARIA PURISIMA! QUE BUENO ESTA ESTO JAJAJAJAJAJAJAAJAJA!

    Como me gusto esta historia...
    Excelente.

     
  • At 11:20 p. m., Blogger Prismatico

    bueno el cuento, salu2 y te deseo lo mejro en tu carrera y tu vida, tu jamas podrias ser invisible, te lo aseguro jeje nos estamos visitando!!

     
  • At 1:40 p. m., Blogger Indigente Iletrado

    Ja, ja.

    Lo fascinante de las buenas historias es que pueden ser contadas invariables ocasiones, cada una desde una perspectiva diferente, sin dejar de resultar excelentes.

     
  • At 10:18 a. m., Blogger oriana

    pos esa historia no me la sabía...pero es muy realista porque no creo que en el mundo haya existido niña tan tonta como caperucita...eso es puro CUENTO!!! jajaja
    saludos a pat :)

     
  • At 12:30 p. m., Blogger Fhernadow

    una historia demaciado bizarra de caperuza..

    un saludo.. y buen blog.

    -fHer!